Nashville, Tennessee | 9 de junio de 2025 — A tan solo unas horas de haber sido regresado desde El Salvador, el salvadoreño Kilmar Armando Ábrego García compareció el pasado viernes 6 de junio ante un tribunal federal en el estado de Tennessee. La breve audiencia marcó el reinicio oficial de su proceso legal en Estados Unidos, luego de una polémica deportación calificada como ilegal por la Corte Suprema.

Durante la sesión, Ábrego vistió una camisa blanca y respondió con claridad: “Sí. Lo entiendo”, al ser interrogado sobre si comprendía los cargos que enfrenta. La fiscalía federal del Distrito Medio de Tennessee le imputa conspiración para transportar inmigrantes indocumentados con fines de lucro, así como transporte ilegal de personas, en relación con un incidente ocurrido en diciembre de 2022.

La defensa no presentó objeciones en esta primera comparecencia, pero se espera que planteen argumentos contundentes en la audiencia de arraigo y detención, programada para el viernes 13 de junio. Allí podrían solicitar su libertad bajo fianza, basados en su vida familiar en Maryland junto a su esposa ciudadana estadounidense y su hijo con discapacidad.

Por su parte, el gobierno ha solicitado que permanezca en custodia, citando riesgo de fuga y peligro potencial para la comunidad. Se han referido a detenciones pasadas por violencia doméstica y presuntos vínculos con pandillas —afirmaciones que la defensa rechaza categóricamente por carecer de condenas o pruebas consistentes.

Este giro judicial ocurre tras una intensa controversia. Ábrego fue deportado por “error administrativo” el 15 de marzo, pese a contar con una orden judicial que bloqueaba su expulsión. El 10 de abril, la Corte Suprema falló a su favor y exigió su retorno inmediato, lo cual se concretó el pasado viernes con su traslado bajo custodia desde San Salvador.

La fiscalía sostiene que “nuevas pruebas” justifican la imputación reciente, pero organizaciones civiles, líderes demócratas y defensores migratorios han denunciado lo que consideran una represalia judicial para legitimar una deportación previamente considerada ilegal.

Este caso se ha convertido en un símbolo de los desafíos legales y políticos que enfrentan los migrantes en Estados Unidos bajo el actual clima migratorio. Con la audiencia del 13 de junio en puerta, la atención nacional vuelve a centrarse en Nashville, donde se decidirá si Kilmar Ábrego enfrentará su proceso en libertad o desde una celda.