ESCALADA ENTRE ISRAEL E IRÁN SUPERA EL UMBRAL HUMANITARIO MIENTRAS LA DIPLOMACIA SE ESTANCA

ESCALADA ENTRE ISRAEL E IRÁN SUPERA EL UMBRAL HUMANITARIO MIENTRAS LA DIPLOMACIA SE ESTANCA

A siete días del inicio de los bombardeos mutuos entre Israel e Irán, el saldo humano sigue en aumento: más de 657 personas fallecidas en Irán, muchas de ellas civiles, y al menos 32 muertos en Israel, con más de 1,200 heridos en total entre ambos bandos. Hospitales dañados, barrios destruidos y miles de personas desplazadas completan un cuadro devastador.

Lo que comenzó como una ofensiva israelí dirigida a infraestructura nuclear iraní —enmarcada en la llamada Operación León Naciente— escaló rápidamente tras las represalias de Irán con misiles y drones sobre territorio israelí. A medida que las ciudades de Teherán, Haifa, Tel Aviv y Be’er Sheva sufren los estragos del fuego cruzado, los esfuerzos diplomáticos chocan contra barreras ideológicas y acusaciones mutuas.

Israel culpa abiertamente al régimen iraní por el financiamiento y respaldo logístico a grupos militantes como Hezbolá y los hutíes, mientras acusa a Teherán de estar a semanas de alcanzar capacidad nuclear ofensiva. Por su parte, Irán responsabiliza a Israel de provocar el conflicto con ataques unilaterales, que incluyeron la muerte de figuras clave de su programa de defensa y sabotajes encubiertos.

En este contexto, las posibilidades de negociación son frágiles. Mientras Irán rechaza cualquier diálogo con Estados Unidos —a quien considera cómplice indirecto del ataque—, Israel mantiene una postura de fuerza, exigiendo garantías de desarme y reformas estructurales del régimen iraní antes de considerar un alto al fuego.

En Ginebra, Francia ha liderado un esfuerzo europeo para presentar una hoja de ruta hacia la desescalada, proponiendo límites al programa nuclear iraní y el fin del apoyo a milicias extranjeras. Aunque la propuesta ha sido bien recibida por Alemania y España, no ha sido firmemente respaldada por Washington, donde el expresidente Trump condicionó cualquier diálogo a una “rendición estructural de Irán”.

La ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja denuncian una creciente crisis humanitaria, con hospitales saturados y más de 5,000 personas desplazadas solo en Israel, además del colapso de servicios básicos en varias regiones de Irán. Mientras tanto, Moscú y Pekín exigen un alto inmediato al fuego, alertando que cualquier ataque directo al líder supremo iraní sería “abrir una caja de Pandora”.

Con ambas partes atrincheradas en sus exigencias y los civiles pagando el precio más alto, la pregunta no es si habrá consecuencias a largo plazo, sino cuán irreparables serán.

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