En medio del impacto nacional provocado por el reciente ataque armado contra dos legisladores demócratas en Minnesota, que dejó como saldo la muerte de la congresista estatal Melissa Hortman y su esposo, así como heridas graves al senador estatal John Hoffman, cientos de miles de ciudadanos salieron a las calles de manera pacífica para protestar contra las políticas del presidente Donald Trump.
Las movilizaciones, convocadas por el movimiento nacional No Kings (No a los reyes), se llevaron a cabo este sábado en más de 2,000 puntos del país, con fuerte presencia en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Washington D. C., Miami, Houston y Chicago. Estas marchas han sido consideradas las más grandes del segundo mandato de Trump, y se suman a las manifestaciones masivas que ya habían tenido lugar en California la semana anterior.
Desde tempranas horas, familias, jóvenes, adultos mayores y personas de diversas comunidades se concentraron en espacios públicos para expresar su rechazo a lo que califican como decisiones autoritarias del mandatario. Las marchas se desarrollaron en un ambiente de respeto, sin incidentes, y bajo un firme compromiso con la no violencia y la defensa de los principios democráticos.
Los organizadores destacaron que este tipo de acciones ciudadanas buscan enviar un mensaje claro a la administración federal: “Estados Unidos no es una monarquía, y el pueblo está decidido a defender su democracia”.
Las autoridades locales de las principales ciudades confirmaron que no se registraron disturbios ni alteraciones graves del orden público, y el dispositivo de seguridad permitió el desarrollo pacífico de las actividades.

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