Este 17 de junio, El Salvador celebra a aquellos hombres que han sabido ejercer la paternidad no solo con responsabilidad, sino con ternura, entrega y valentía. En cada rincón del país, desde el campo hasta la ciudad, hoy se honra a los padres que han dado todo por el bienestar de sus hijos: tiempo, esfuerzo, trabajo duro y, sobre todo, amor.

Hay padres que madrugan cada día para sacar adelante a sus familias, que hacen sacrificios silenciosos y que están presentes incluso cuando el cansancio pesa más que las fuerzas. Son esos mismos que enseñan con el ejemplo, que abrazan sin decir mucho, pero con gestos que lo dicen todo. Que aunque no siempre estén, su huella perdura.

Hoy también se siente un espacio distinto en muchos hogares. Un silencio que habla de ausencias que el tiempo no borra. No se necesita mencionar para saber que hay padres cuya presencia sigue viva en los recuerdos, en los valores transmitidos, en los consejos que resuenan cuando más se necesitan.

Este Día del Padre es para todos: para los que guían con firmeza y ternura, para los que crían desde lejos soñando con un mejor futuro, y para aquellos que, aunque ya no están, siguen acompañando desde lo más profundo del corazón.

A todos ellos, gracias. Por cada lucha, cada enseñanza, cada abrazo. Hoy es su día, y su amor sigue siendo el mejor legado.