ENFRENTAMIENTO HISTÓRICO: KENNEDY QUIERE DESMANTELAR LOS PRIVILEGIOS LEGALES DE LAS FARMACÉUTICAS

ENFRENTAMIENTO HISTÓRICO: KENNEDY QUIERE DESMANTELAR LOS PRIVILEGIOS LEGALES DE LAS FARMACÉUTICAS

La polémica rodea nuevamente al secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., quien ha intensificado sus acusaciones contra las grandes farmacéuticas, señalándolas de manipular las políticas de vacunación nacional y beneficiarse de un sistema diseñado para proteger sus intereses, no la salud pública.

Kennedy ha reemplazado a todos los miembros del comité asesor sobre vacunas del CDC, argumentando que sus recomendaciones no son imparciales y responden a presiones corporativas. Pero el conflicto no termina ahí: su próxima meta es reformar el Programa Nacional de Compensación por Lesiones de Vacunas (VICP), conocido por blindar legalmente a los fabricantes contra demandas judiciales, canalizando todas las reclamaciones a una “corte especial” que opera bajo reglas distintas a la justicia ordinaria.

De prosperar sus propuestas, la industria farmacéutica enfrentaría un duro golpe. La exclusión de vacunas del calendario nacional reduciría sustancialmente sus ingresos derivados de compras gubernamentales, mientras que la eliminación del escudo legal del VICP abriría la puerta a litigios millonarios. Esta combinación pondría en riesgo una parte significativa del mercado de vacunas, valorado en más de 40 mil millones de dólares anuales a nivel mundial.

Kennedy sostiene que durante décadas las farmacéuticas han influido en agencias como el CDC y la FDA, logrando imponer vacunas innecesarias, aprobar fármacos sin estudios independientes y protegerse de responsabilidad cuando ocurren efectos adversos. Sus críticos, sin embargo, lo acusan de poner en riesgo la confianza pública en la ciencia médica y en los programas de inmunización masiva.

Mientras asociaciones como la American Medical Association y legisladores demócratas lanzan investigaciones y llamados a frenar estos cambios, Kennedy continúa firme en su cruzada, afirmando que su objetivo es “rescatar la salud pública del control corporativo”.

La tensión va en aumento y el desenlace podría redefinir no solo las políticas de salud en EE.UU., sino también el futuro económico de una de las industrias más poderosas del planeta.

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