Madrid, 2 de julio de 2025 — El presidente de LaLiga, Javier Tebas, ha intensificado sus críticas contra el Mundial de Clubes 2025, organizado por la FIFA, calificándolo como una “barbaridad económica” y un “peligro estructural” para el fútbol profesional. Según Tebas, el torneo atenta contra la sostenibilidad del calendario deportivo, la salud de los jugadores y la equidad financiera entre clubes.
El certamen, que se celebra este año en Estados Unidos con 32 equipos participantes, ha generado polémica no solo por su tamaño inédito, sino también por los premios millonarios que, en palabras de Tebas, “solo agrandan la brecha entre ricos y pobres”. Algunos clubes podrían embolsarse hasta 100 millones de euros.
“No se trata de globalizar el fútbol, sino de imponer un modelo insostenible. Mi objetivo es que el Mundial de Clubes no vuelva a jugarse”, declaró Tebas, quien ya ha impulsado un recurso legal conjunto entre LaLiga y el sindicato global de futbolistas FIFPRO, alegando que la FIFA no consultó ni a ligas ni a jugadores al imponer el torneo.
CONSECUENCIAS EN ESPAÑA Y EUROPA
El dirigente advierte que si clubes como el Real Madrid o el Atlético de Madrid avanzan en el torneo, se deberán suspender jornadas de LaLiga, comprometiendo los contratos de derechos televisivos y afectando la regularidad del campeonato.
El actual entrenador del Real Madrid, Xabi Alonso, quien asumió el cargo tras la salida de Carlo Ancelotti rumbo a la selección de Brasil, ofreció una visión más diplomática.
“Es una competición importante para el club, pero debemos ser muy cuidadosos con la carga física. El calendario ya está al límite”, declaró en rueda de prensa.
Desde Inglaterra, el propietario del Chelsea, Todd Boehly, celebró el nuevo formato:
“El Mundial de Clubes es una plataforma global y una vitrina incomparable. Estamos encantados de competir a este nivel.”
Por su parte, la FIFA ha defendido la expansión del torneo como una apuesta por la “universalización del fútbol de clubes”, abriendo la puerta a mercados y audiencias emergentes. Sin embargo, las tensiones con las grandes ligas europeas siguen en aumento.
UN FUTURO EN DISPUTA
La guerra entre las organizaciones nacionales y la FIFA por el control del calendario global parece apenas comenzar. Mientras millones de aficionados siguen con atención el desarrollo del torneo, los despachos de dirigentes como Tebas trabajan para frenar lo que consideran una “intromisión comercial disfrazada de evento deportivo”.
El desenlace podría marcar un antes y un después en la estructura del fútbol mundial.
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