En 1994, Tom Hanks tomó una decisión que cambiaría su carrera y lo consolidaría como uno de los actores más visionarios de Hollywood: rechazó un salario fijo por protagonizar Forrest Gump y, en su lugar, solicitó un porcentaje de las ganancias en taquilla. Lo que para muchos fue una apuesta arriesgada, terminó siendo una jugada histórica.

Forrest Gump recaudó más de 678 millones de dólares a nivel mundial. La decisión de Hanks le dejó una ganancia personal cercana a los 60 millones de dólares, demostrando que seguir su intuición fue más rentable que cualquier contrato tradicional.

El compromiso de Hanks con la película no terminó ahí. Cuando el estudio se negó a financiar escenas esenciales para el desarrollo de la historia, él y el director Robert Zemeckis pusieron dinero de su propio bolsillo para poder filmarlas. Entre ellas, la escena icónica en la que Forrest corre a lo largo de todo Estados Unidos, hoy considerada una de las más memorables en la historia del cine.

El impacto fue rotundo:

6 premios Oscar

Mejor Actor para Tom Hanks

Mejor Película

Esta es una historia real de fe, visión y pasión por el cine. Un recordatorio de que, en ocasiones, creer en un proyecto cuando nadie más lo hace puede cambiarlo todo.