El reconocido cantautor español Alejandro Sanz se encuentra en el centro de una controversia pública tras las declaraciones de Ivet Playà, una joven catalana que asegura haber mantenido una relación íntima y prolongada con el artista desde que tenía 18 años. La noticia, divulgada a través de redes sociales, ha generado un amplio debate entre seguidores, medios de comunicación y figuras del espectáculo.

En un video publicado el pasado fin de semana, Ivet afirma haberse sentido “engañada, usada y humillada”, y asegura que la relación se extendió por varios años bajo un clima que describe como “desequilibrado emocionalmente”. Según su testimonio, el vínculo se inició cuando ella aún era una admiradora adolescente y derivó en una colaboración profesional en Madrid. A lo largo de su relato, la joven subraya que no busca emprender acciones legales, pero sí visibilizar lo que considera una experiencia marcadamente dolorosa.

Por su parte, Alejandro Sanz emitió un comunicado en el que reconoce haber compartido una etapa personal con Ivet, describiéndola como una relación entre “personas adultas compartiendo cariño, siendo libres”. El artista lamentó que los recuerdos sean interpretados de forma distinta con el paso del tiempo y mencionó que recientemente rechazó una propuesta de inversión por parte de la joven, tras consultarlo con sus asesores.

El pronunciamiento ha generado opiniones divididas. Mientras algunos usuarios en redes sociales destacan la valentía de Ivet al exponer su historia, otros cuestionan la intención de su publicación, especialmente al no existir una denuncia formal ni pruebas concretas que respalden sus afirmaciones.

Fuentes cercanas al entorno del artista señalan que la situación también ha afectado su vida personal, especialmente su relación actual con la actriz Candela Márquez, quien no ha emitido comentarios públicos sobre el asunto.

Hasta el momento, ninguna institución ha iniciado una investigación sobre el caso. La controversia, sin embargo, pone sobre la mesa temas sensibles como el poder de las figuras públicas, la dinámica emocional en relaciones asimétricas, y los límites entre lo íntimo y lo público en la era de las redes sociales.

El debate queda abierto. ¿Testimonio valiente o conflicto mal resuelto? ¿Manipulación emocional o expresión legítima de una herida personal? Las respuestas, de momento, quedan en manos del juicio público.