
La Secretaría de Seguridad Nacional de Estados Unidos, encabezada por Kristi Noem, anunció el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para miles de ciudadanos de Honduras y Nicaragua, quienes residieron legalmente en ese país por más de veinte años bajo dicha figura migratoria.
Según el comunicado oficial del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la decisión se basó en que las condiciones que motivaron la concesión del TPS ya no existen, por lo que, a criterio de las autoridades, ambos países son ahora considerados seguros para el regreso de sus ciudadanos.
La medida afecta a miles de migrantes que llegaron a Estados Unidos huyendo de desastres naturales y crisis humanitarias, y que desde entonces habían establecido sus vidas, familias y trabajos en territorio estadounidense.
Como parte del proceso de retorno voluntario, el gobierno de EE. UU. ofreció beneficios temporales a quienes decidan acogerse a esta opción, incluyendo el uso de la aplicación CBP Home, un pasaje aéreo gratuito, un bono de salida de $1,000 y la posibilidad de optar por mecanismos de inmigración legal en el futuro.
Diversas organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes expresaron preocupación por el impacto de esta medida, señalando que muchas de las personas amparadas por el TPS han vivido en EE. UU. durante décadas y tienen vínculos familiares, laborales y comunitarios sólidos en el país.
Mientras tanto, los gobiernos de Honduras y Nicaragua no se han pronunciado oficialmente sobre la medida, pero se espera que en los próximos días emitan declaraciones respecto a los posibles planes de reintegración de los connacionales que deban retornar.

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