“Nos la arrebataron sin razón alguna”, expresó su hija Jazlynne a través de una página de recaudación de fondos en GoFundMe
Gloria Zamora, una reconocida influencer estadounidense dedicada al fitness, fue asesinada a tiros el pasado domingo 22 de junio en un estacionamiento del centro comercial The Renaissance Marketplace, en San Bernardino, California. Junto a ella también murió su socio de negocios, Héctor Garduño, de 43 años. Ambos fueron atacados por el exesposo de Gloria, Thomas Alberto Tamayo Lizárraga, quien se negaba a aceptar el proceso de divorcio en curso.


El agresor fue abatido en el lugar
El atacante esperó a la pareja fuera del restaurante donde habían almorzado y les disparó en repetidas ocasiones. Un oficial de policía que se encontraba fuera de servicio intervino rápidamente y logró neutralizar al agresor, quien murió en el lugar. Gloria y Héctor fueron trasladados de urgencia a un hospital local, pero fallecieron poco después debido a la gravedad de sus heridas.
Una madre y una figura pública
Gloria Zamora era madre de siete hijos, con edades comprendidas entre los 8 y los 24 años. Se había ganado una sólida comunidad de seguidores por sus consejos de bienestar físico y su mensaje de empoderamiento. Su familia la describe como una mujer fuerte, cariñosa y dedicada a sacar adelante a sus hijos. “Nos la arrebataron sin razón alguna”, expresó su hija Jazlynne a través de una página de recaudación de fondos en GoFundMe.
Solidaridad y dolor en redes sociales
La noticia ha generado una oleada de mensajes de apoyo y consternación en redes sociales. Personalidades del mundo del fitness, activistas por los derechos de las mujeres y seguidores de Gloria han condenado enérgicamente el crimen. Hasta el momento, la recaudación solidaria supera los 35,000 dólares, destinados a cubrir los gastos funerarios y garantizar el bienestar de los hijos de Gloria.
Un feminicidio que reabre viejas heridas
Este doble asesinato pone de nuevo sobre la mesa el drama de la violencia de género y las dificultades que enfrentan muchas mujeres para romper con relaciones marcadas por el control y la agresión. Aunque las investigaciones continúan, este caso revela una vez más cómo los mecanismos de protección muchas veces no logran prevenir tragedias, incluso cuando hay antecedentes de conflicto o separación.
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